Quienes conocen a Sebastián Toranzo saben que es un trabajador incansable y riguroso, que cuando inicia un proyecto, no hay obstáculo que le impida caminar hacia su objetivo. Hace un tiempo que a su tarea periodística decidió sumar un emprendimiento de producción de abono a partir del reciclado de basura orgánica. Así, esta iniciativa que nació con un doble propósito, disminuir el volumen de basura que se desecha y al mismo tiempo elaborar humus para abonar las plantas, es también hoy una alternativa en la economía de su hogar.
La producción de humus es un saber que Sebastián adquirió hace algunos años trabajando en una huerta en la localidad de El Manzano. Hoy, en Jesús María, debió adaptar el procedimiento a un espacio reducido. Tres grandes recipientes fueron acondicionados para el compostaje, proceso que, según Toranzo "lleva seis meses" entre el acondicionamiento de los desechos, la introducción de las lombices que producen el humus y la extracción del abono terminado.
El Proceso
Según cuenta Sebastián, la elaboración comienza con el llenado de las composteras con basura orgánica (papeles, cartones, restos de verduras, etc.) que se descartan en su casa y también que recolecta de distintas verdulerías cercanas. Allí se realiza una primera descomposición.
Llenado de la compostera con basura orgánica fraccionada para agilizar la descomposición
Luego, viene el agregado de las lombrices que realizan el trabajo definitivo en la producción del abono "lombricompuesto". En ese momento es importante mantener los niveles de humedad justos para el desarrollo de estos benéficos animales. El proceso lleva alrrededor de seis meses.
Compostera que contiene abono en proceso avanzado
Por último, se realiza el tamizado y fraccionado del abono. Cada compostera llega a producir unos 50 kilogramos de abono por proceso.
Sebastián mostrando el fruto de su trabajo
Promocionando el producto