La inicitaiva de una semana para revisar las prácticas del nacimiento comenzó en 2004 gracias a la Asociación Francesa por el Parto Respetado (AFAR) y desde entonces se replica en distintos países con un objetivo principal de visibilizar el modo en que se atienden partos en todo el mundo y exigir el cumplimiento de derechos vinculados al nacimiento.
En la Argentina, existe la Ley 25.929 sancionada y promulgada en 2004 y finalmente reglamentada en 2015 la cual defiende los derechos de las madres, los recién nacidos/as y sus familias al momento del trabajo de parto, parto y post parto, donde está detallado los distintos derechos que deben garantizarse a la mujer, el recién nacido/a y su familia.
El parto respetado no es sinónimo de parto en el hogar: tiene que ver con las violencias médicas, sociales y culturales que aparecen sobre los cuerpos gestantes. Sólo como ejemplo, en Argentina, y por presiones médicas o del sistema de salud, el 40% de los partos son por cesárea. La Organización Mundial de la Salud recomienda que la tasa no debe superar el 15%.
¿Cuándo un parto es respetado?
El término "parto respetado" o "parto humanizado" hace referencia al respeto a los derechos de las madres, los niños y niñas y sus familias en el momento del nacimiento. Promueve el respeto a las particularidades de cada familia - etnia, religión, nacionalidad-, acompañándola a través de la toma de decisiones seguras e informadas.
“Cuando hablamos de parto respetado nos referimos que la mujer siga su propio pulso de parto evitando todo tipo de intervenciones innecesarias, así como a decidir la forma de controlar el dolor durante el parto”, detalla Unicef.
En Córdoba, el colectivo de de Mujeres por un parto respetado Córdoba invitó a reflexionar sobre el tema: “Si la maternidad será deseada o no será, nosotras nos sumamos a desentrañar las configuraciones de este deseo en las tramas neoliberales del presente. Apostamos a la Educación Sexual Integral en todos los niveles para aprender y comprender aspectos básicos sobre nuestra potencialidad sexual, el universo de las emociones, los cuidados y el respeto, tanto hacia nuestras cuerpas, como en las relaciones con los demás”.
Y se explayó en sus demandas: “Frente al mandato de maternidad; nosotras queremos poder elegir cuándo gestar.
“Frente al disciplinamiento y la violencia ejercida al momento de parir; nosotras queremos decidir cómo, dónde y con quién parir.
“Frente a la inexplicable sucesión de intervenciones violentas en les cuerpes de les niñes al nacer, nos asumimos al cuidado de lo que sabemos constituye la huella primal, fundante en sus vidas, en las nuestras.
"Frente al deterioro crítico de la salud pública; nosotras acompañamos a las instituciones del Estado -tanto educativas como hospitalarias- en la tarea de difundir e incorporar de manera urgente un nuevo paradigma de atención de los partos y nacimientos, basado en los derechos que garantiza la Ley 25.929 de Parto Respetado. Parir y nacer en condiciones dignas y sin violencias no debe ser nunca un privilegio de clase.
"Frente a un sistema médico que limita y cercena nuestra capacidad de parir, nosotras decimos “el poder de parir, en nuestras sociedades capitalistas y patriarcales, no está solamente en vos”.
"Seguiremos trabajando para que todes podamos tener real acceso a un espacio cuidado de intimidad en el que nuestro deseo, nuestra fuerza, nuestra voz, nuestra cuerpa y su memoria, nuestro placer, nuestro poder sean las herramientas de un buen parir, de un buen nacer.
Foto: Natalia Roca