por Agustina Conci
Ser murguista implica unas sensiblidades y alguna que otra habilidad, pero sobre todo, educar la noción tiempo-espacio-cuerpo. Tal vez por ese entrenamiento, las tres amigas que volvían de la Marcha del Orgullo, pensaron y desearon "armar" una murga de mujeres.
Dar lugar al deseo, una sensibilidad. Las habilidades se aprenden luego, y a veces las van poniendo otros cuerpos que se suman. Además de cantar, hacer vestuarios y escribir letras de canciones, ellas se preguntan cómo quieren habitar ese lugar, cómo vivir un ensayo, un show, cómo quieren relacionarse con sus compañeres murguistas en el tiempo-espacio-cuerpo. Es decir, las preguntas que se hacen las feministas, en todos los lugares, en todos los tiempos, para buscar caminos de un mejor vivir.
Ta filosa la tijera se formó en 2018, en ese discurrir. Hoy son 15 mujeres, de entre 18 y 30, que alternan ensayos con trabajo o estudio, sin dejar de darse el tiempo para, además de vocalizar, hacer ejercicios de reflexión de lo que les pasa. Quieren cantar de la violencia, pero también de los tabúes, del orgasmo femenino, de cuando les dicen “negras de mierda” o “la murguita feminista”. En su primera presentación plantaron una bandera: “Sin nosotras no hay carnaval”. Y apenas entrando al ensayo se va escuchando el pedido, contundente: “¡Escuchá lo que te canto!”.
“En nuestra primer juntada una de las actividades que propusimos es expresar que sentía cada una por el feminismo, porque de entrada sabíamos que son diferentes los feminismos que nos habitan. Así que lo escribimos en papelitos y salieron cosas hermosas que después colectivizamos en otro encuentro para entender las búsquedas que tenemos todas”, explican en una pausa de ensayo.
Jugar con la trama, pensar en el telar y el filo que lo corta. Buscar una caja para poner recuerdos y cantar desde esas emociones: “la idea es poder emocionarnos y por eso elegimos cantar Cobarde de Lucre Ortiz, en nuestro primer show. Es una canción que habla del femicidio de Wanda, es muy movilizante, lo que queríamos hacer era comunicar ese mensaje. Nos pusimos en posición para poder contar todo lo que sucede en esa letra. Acá estamos, somos una murga de mujeres y no nos vamos a callar, esa fue la idea que queremos transmitir”.
Ahora se enfocan en preparar un show propio, trabajando en comisiones que apuntan a todos los frentes: Letras, Arreglos, Puesta en Escena y Utilería, Vestimenta, Maquillaje y Finanzas.
“La mayoría de las comisiones trabajan presentando propuestas, y después entre todas podemos aportar u opinar sobre las mismas”, se definen.
En Uruguay y en Córdoba
Hablar de murga es hablar de Uruguay. Algo que las movilizó mucho fue lo que sucedió con la murga Falta y resto en el 2018. Uno de los directores de la murga no quería que se presentara en el Carnaval de Uruguay porque el 50% de las voces eran mujeres. Se argumentó así una “inconsistencia artística” casualmente cuando un espacio siempre exclusivo de varones, finalmente llegaba a la paridad.
Frente a la complicidad entre el negocio del espectáculo y el machismo –ninguna sorpresa hasta ahora- las murguistas se piensan de otras maneras.
En marzo de 2019, las Ta filosa la tijera participaron del Encuentro de Murguistas en Uruguay. Allí por primera vez no hubo ganadores ni perdedores, y el tablado fue 100% para ellas.
La horizontalidad entonces es vínculo y decisión política. Al preguntarles al colectivo por sus inspiraciones las voces se superponen y los gritos se hacen risa y admiración, pero no como quién habla de ídolos inalcanzables sino de amigas queridas. “Estamos enamoradas de las Enganchate cancán”. “La cero bola”. “La flor de Juana”. “La bolilla que faltaba”.
“No podemos olvidar que la tradición uruguaya tiene una idea de ser bien críticas, usar ciertos recursos para que a la gente le llegue lo que queremos decir”, explican las Tafilosa. “Por ejemplo, usamos el clown o bufones. Por ahí es útil para la gente que no nos quiere escuchar, para que se vayan pensando”. Otra voz reafirma lo más importante: “es una intención, incomodar y jugar con esa incomodidad”.
Se enhebran así más deseos en esa voz colectiva que lleva varias rondas de mate: romper estructuras, ir al choque, denunciar, mostrar. La trama ya se está tejiendo sin pausa… el corte viene después, con el filo del canto.
Para ver
Ta filosa la tijera se presenta el 27 de Julio en Pico de Tinta, en el aniversario de cumpleaños de la Murga La Mona Armada.