El Marco
miércoles 24 de julio de 2019

“Rezale a la luna nueva que te ayudará”

La voz de Hilda Salinas en resguardo de la Memoria Ancestral Comunitaria. Relatos de tiempos en que el abuelo cerraba tratos con un apretón de manos, y le regalaba sandías al gobernador Pedro J. Frías

En marzo, la Asociación Relatos del Viento y la Municipalidad de Jesús María, lanzaron un programa de Salvaguarda de la Memoria Ancestral Comunitaria, con el objetivo de revalorizar las tradiciones orales.

La actividad se enfoca en la realización de entrevistas a vecinos y vecinas portadoras de valiosos elementos culturales (cuentos, mitos, creencias, ritos, saberes varios) transmitidos generación tras generación.

En esta primera entrega, una pequeña muestra de lo conversado con Hilda Salinas (85) vecina de Jesús María y actual residente del Geriátrico Municipal, criada y nacida en el paraje Agua de las Piedras.

Así recuerdan la experiencia en Relatos del Viento, pintando entero el momento de encarar una entrevista, con la sensibilidad que requiere una tarea de este tipo: “No entraba un alfiler en el living del Geriátrico Municipal de Jesús María. Residentes, personal y visitas arremolinadas al aparato que proyectaba sobre la pared creencias, cuentos, ritos y otros relatos de distintas personas de la provincia. La memoria (o la falta de ella) se manifestaba diferente en cada espectador: lágrimas y pucheros por las nostalgias encendidas, comentarios vociferados y risas o ceños fruncidos cuando lo que se narraba era extraño”, explican en Relatos del Viento. Y rematan: “¡Pero lo de la Hilda fue increíble!”

“Se sabía todas. Respetuosa, levantaba y bajaba la mano al finalizar cada videíto. Cuando el caos de murmullos y opiniones apaciguaba, ella aportaba su bocadito o completaba recuerdos corroídos por los años que alguien dejó flotando. Entre nosotros nos miramos y nos dijimos: ¡La pucha che, como sabe esta mujer! ¡Hay que entrevistarla!”, agregan.

Así fue como el equipo de Relatos de Viento se hizo a la tarea de “charlar sobre las cosas de antes”. De ese inolvidable viaje por su memoria, con el permiso de esta dulcísima mujer se trajeron los recuerdos.

Algunos de esos relatos -de altísimo valor cultural e histórico- formarán parte del archivo oral de Jesús María. Recordaremos así cómo era cuando velaban a los "Angelitos" ("lo vestían bien, lo sentaban en una sillita o altar arriba de la mesa (...) No era un velorio tanto para rezar, se tomaba café y por ejemplo se jugaba al Anillo". O de su abuelo picando tabaco para fumar en chala ("el secreto era mantener la chala fresca"). Y sobre algunos remedios escondidos: "la grasa de puma era lo mejor para el reuma, también tenía unas tías que se iban al río y se tapaban con arena caliente hasta las rodillas, dicen que era muy bueno para el reuma". Y también sobre el valor de la palabra: "Yo me acuerdo mi abuelo, nunca firmaba un documento, con un apretón de manos, ya estaba ya… seguro que eso no se olvidaba más", rememora Hilda.